Las Islas Baleares se encuentran expuestas a peligros naturales, hecho que las convierte en un territorio de alta vulnerabilidad. Los últimos decenios, los procesos de cambio global y, en particular, el cambio climático han dado lugar a un incremento considerable de estos peligros: inundaciones, erosión, desertización, incendios forestales, movimientos en masa, fenómenos meteorológicos extremos, etc. Todo ello supone un incremento considerable de los riesgos y de las pérdidas derivadas de los desastres naturales y antrópicos. Además, el grado de artificialización en el territorio de las Islas Baleares se ha incrementado de forma notable, aumentando el grado de exposición de la población y las infraestructuras a los peligros naturales y antrópicos.